Consideraciones especiales post cirugía barátrica

Jarra del buen beber
17 agosto, 2017
Recomendaciones generales de alimentación en pacientes post cirugía bariátrica
31 agosto, 2017

Consideraciones especiales post cirugía barátrica

Las cirugías con componentes restrictivos producen cambios dramáticos en el tamaño y configuración del estómago. Como consecuencia, algunos pacientes desarrollan síntomas de inadaptación.

  • Náuseas y vómitos: son una de las complicaciones más frecuentes y precoces tras este tipo de cirugía. Suele suceder por comer demasiado rápido, masticar insuficientemente los alimentos, mezclar líquidos con sólidos o ingerir una cantidad excesiva a la capacidad del reservorio gástrico. A veces, se desencadenan tras la introducción de un nuevo alimento. Con reeducación adecuada, la mayoría de estos episodios son transitorios, excepto en las situaciones de patología gastroesofágica (reflujo, regurgitación, disminución de la presión del esfínter esofágico inferior, trastornos de la motilidad esofágica), donde pese a seguir una dieta adecuada el paciente sigue vomitando continuamente.

 

  • Diarreas: El contenido de la grasa de la dieta tiene mucho que ver con la aparición de esteatorrea. El mal olor de las evacuaciones, producto de la mal digestión y la malabsorción de alimentos, puede aliviarse con la administración de sales de bismuto o suplementos de zinc.

 

  • Estreñimiento: la baja ingestión de alimentos ricos en fibra y en grasa puede originar estreñimiento en algunos pacientes. Es conveniente asegurar una adecuada hidratación y utilizar laxantes suaves si es necesario. El consumo de verduras o legumbres trituradas (si se toleran) puede ayudar a mejorar el estreñimiento. También las frutas deshidratadas (uvas, pasas, ciruelas) pueden contribuir a mejorar el estreñimiento; las ciruelas pasas son las que contienen un porcentaje mayor de fibra.

 

  • Síndrome de dumping: la aparición de sudoración, frialdad, sensación de hambre, malestar general, náuseas y/o vómitos que mejoran tras la ingestión de hidratos de carbono sucede en algunos pacientes (5%) a los que se les ha practicado un bypass gástrico o una derivación biliopancreática (excepto en el cruce duodenal). La ingestión de bebidas azucaradas o alimentos con alto contenido en azúcares simples suelen desencadenar este proceso. En casos extremos, con sintomatología persistente y diaria, se debe recurrir a una dieta específica y empleo de fármacos que puedan minimizar estos síntomas.

 

  • Intolerancias alimentarias: hay una serie de alimentos que cuesta más tolerar. Por orden de preferencia, las carnes rojas son las que peor se toleran, seguidas de verduras crudas, pescados, arroz, pan blanco, cereales integrales. Estas intolerancias producen con frecuencia dolor epigástrico, náuseas, vómitos. Se deben dar nociones de cómo incorporar estos alimentos en la alimentación, mediante previa trituración, cocinado o tostado previo, etc. Pese a ello, algunos pacientes, no consiguen tolerar la carne roja durante años.

 

  • Sobrealimentación: algunos pacientes toleran mejor alimentos grasos y les resulta más fácil recurrir a ellos que tratar de adaptarse a una nueva situación. Chocolate, helados, frutos secos, papas, palomitas, nata, mayonesa, pastelería y repostería son los preferidos. La mayor parte de las veces subsiste una alteración conductual reflejo de una situación emocional desajustada. En otras ocasiones, la sobrealimentación se debe simplemente a que el sujeto tiene más apetito y consume una mayor cantidad de lo deseado, incrementando de manera notoria su peso.

 

  • Dolor abdominal: puede tener varios orígenes, pero deben descartarse en primer lugar aquellos relacionados con la ingestión de alimentos: haber comido demasiada cantidad o excesivamente rápido, alimentos flatulentos o bebidas con gas, reflujo gastroesofágico, etc. En estas situaciones de “estómago irritado” recomendamos estar 24-48 horas sólo con dieta líquida: jugos diluidos, gelatinas, smoothies, helados de hielo, leche descremada, caldos, infusiones… pero siempre ingeridos poco a poco (no más de 50 ml cada sorbo).

 

  • Deshidratación: la presencia de vómitos repetidos, diarreas profusas y/o la escasez en la ingestión de líquidos puede acarrear síntomas de deshidratación. Es necesario insistir en la necesidad de ingerir líquidos, aunque no se tenga sensación de sed, en pequeños volúmenes para evitar la distensión gástrica, seleccionando aquellos líquidos que mejor tolerancia ocasionen (ni muy fríos ni muy calientes, ni muy dulces ni muy salados). Si hay pérdida de electrolitos, administrar con preferencia bebidas isotónicas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *