Desde que inició la pandemia de COVID-19 hemos escuchado por todos los medios más y más información al respecto, información de todo tipo. Y este exceso de información, sumado a la Jornada Nacional de Sana Distancia, que condiciona el mantenerse en casa y encerrado lo más posible, ha aumentado problemas de todo tipo.
Me gustaría para fines de esta publicación profundizar en algunos de estos:
Y ahora, ¿qué tiene que ver todo esto con obesidad?
La poca actividad física y la alimentación sonarían como evidentes, son de las causas que relacionamos de inmediato con obesidad, sin embargo, estas son solo 2 de aproximadamente 300 causas que están asociadas a esta enfermedad (que en este momento no profundizaremos).
El que me interesa mucho comentar es el estigma, las personas con obesidad sufren ese estigma todos los días, la gente piensa que tiene derecho de opinar sobre el peso y lo hacen con tal naturalidad como si fuera algo que se tiene que hacer. Las personas con obesidad son encasilladas en una serie de características habitualmente negativas solo por su enfermedad (se les considera flojas, sin fuerza de voluntad, y una larga lista de características negativas).
Lo menciono porque con el COVID-19 se ha hecho muy evidente el estigma y me parece importante hacer la comparación, ya que el estigma hacia las personas con obesidad suele estar tan arraigado que no lo notamos.
Se ha hecho énfasis que la obesidad es una de las principales comorbilidades que se asociarían a una forma grave de presentación de COVID-19, esto puede abonar a perpetuar estigma hacia personas con obesidad, o nos puede ayudar a trabajar para atenderla de forma seria. Los invito a hacer la segunda, acércate a clínicas multidisciplinarias expertas en obesidad como nosotros.
Dr. Bernardo Rea