La orientación alimentaria está dirigida a los diferentes grupos de edad con el fin de promover hábitos alimentarios correctos, tanto en la infancia, adolescencia y vida adulta.
No existe una dieta fija que sirva para todo el mundo, pero sí un criterio universal en cuanto al tipo de alimentos que deben consumirse dentro de la dieta cotidiana, lo que garantiza que se cubran necesidades energéticas y nutritivas y colabora en la prevención de ciertas alteraciones y enfermedades relacionadas con desequilibrios alimentarios.
Una de las características de la dieta es equilibrada, la cual, es aquella que incluye una diversidad suficiente de alimentos en porciones adecuadas, en función de las características de cada persona y que garantiza que se cubran los requerimientos de energía y nutrientes que nuestro organismo necesita para mantener un buen estado nutritivo, de salud y bienestar.
Para fines de orientación alimentaria la herramienta empleada a nivel federal es el Plato del Bien Comer, el cual ayuda a identificar de manera gráfica el aspecto adecuado de las 3 comidas principales del día, dividiendo los alimentos en 3 grupos principales:
Es importante que el paciente sepa identificar los grupos de alimentos y comprenda que no existen alimentos buenos ni malos, sino, necesarios en porciones adecuadas para tener una alimentación correcta.