Trampas de la mente

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Trampas de la mente

Mente

¿cómo superarlas y establecer hábitos saludables?

Adquirir nuevos hábitos para perder peso y mantenernos no es fácil. Todos los que lo hemos intentado sabemos que la lucha más fuerte no es con el tráfico para llegar al gimnasio, ni con nuestro jefe que “nos satura de trabajo” o con nuestra pareja que “es muy antojadiza”. Hay que aceptar que lo más difícil siempre es la lucha con nosotros mismos y con nuestra mente que se ha aliado con todos estos elementos de nuestro entorno para resistirnos al cambio y preservar nuestra zona de confort.

Es paradójico que esta zona de confort sea algo que nos hace daño, pero las motivaciones del ser humano no siempre obedecen a una lógica obvia externa, sino que más bien tienen que ver con una construcción y lógica internas: la zona de confort se compone de conductas y actitudes que nos brindan satisfacción inmediata y que nos sirven para evitar emociones poco placenteras, que pueden abarcar desde el miedo a fallar, hasta el enojo y la frustración porque siento que debo restringirme o renunciar a cosas que me gustan; es en ese momento que nuestra mente puede jugarnos “trampas” en las que nos hace creer que ciertos obstáculos “simples” son adversidades monstruosas imposibles de superar.

En el trabajo con obesidad se ha observado que son 3 los elementos principales que obstaculizan nuestra pérdida de peso y amenazan nuestro mantenimiento, convirtiéndose en resistencias o “trampas de nuestra mente” que sabotean y amenazan nuestro progreso y salud. Es necesitamos reconocerlos para poder trabajarlos de lo práctico o superficial hasta lo más profundo:

Trampa #1

Mal manejo del tiempo. Esto se traduce en nuestra mente en frases como: “no me da tiempo en el día para ir al gimnasio”, “no tengo tiempo para planear y preparar mis alimentos”, “no me alcanza el día para hacerlo todo”, etc. La realidad es que el mal manejo del tiempo tiene que ver con la evasión de la frustración -o incomodidad- que nos genera enfrentarnos al asumir nuestra responsabilidad con nosotros mismos y nuestra salud. Esto suena fuerte pero una vez que lo haces consciente te será más fácil incluir el cuidado de ti y de tu familia en tu rutina, porque muchas veces pensamos que el preparar el lunch de los niños es más importante que el nuestro, cuando en realidad podrían estar sincronizados y así ser ejemplo para nuestros hijos de un estilo de vida saludable.

¿Qué puedes hacer?  

  • Fija un horario para hacer el super semanal y dejar listo tu “lunch” o la comida que necesitas llevarte a la oficina.
  • Fija horarios semanales para asistir al gimnasio o para realizar actividad física y bloquéalo en tu agenda como si fuera una junta o tiempo de convivencia con tu familia; bríndale la misma importancia.
  • Haz un horario con colores que te permita visualizar tu día y busca organizarlo como a ti te funcione, detectando “fugas” de tiempo. Puedes incluir: tiempo real de transporte, tiempo de sueño, tiempo de ocio, tiempo de descanso, tiempo de trabajo, tiempo familiar, tiempo para compromisos con amigos, tiempo de ejercicio y todos los rubros que cubran distintas facetas de tu vida. De esta manera podrás empezar a administrarte de forma realista.

Trampa #2

Mal manejo de mi entorno y planeación. Esto es hacer uso cotidianamente de frases como “llegué a mi casa y no fuí al gym porque me atrapó el sillón” o “quería seguir la dieta, pero se me atravesaron unas papitas”, “me agarró el hambre y lo único que había cerca era una tiendita sin nada saludable”, etc. La realidad es que para que un hábito funcione tenemos que detectar nuestros puntos débiles y en lo que se instaura debemos anticiparnos y planear.

  • No te sientes en el sillón de la TV al llegar a tu casa si corres el riesgo de que te gane el cansancio, mejor lleva tu maleta del gym en la cajuela o llega directo y conscientemente a cambiarte de ropa. Si diario provocas al sillón le das más posibilidades de ganar, sobre todo si llegas cansado o tuviste un mal día.
  • Limpia tu despensa y trata de no tener en casa comida chatarra que durante un episodio de hambre juegue en contra de tu fuerza de voluntad. Este paso además ayuda a que tu familia entera mejore hábitos.
  • Conoce las tienditas, cafés y restaurantes que están cerca de tu casa y/u oficina, incluso puedes revisar los menús de restaurantes cercanos que tengas en aplicaciones de entrega de comida, así si en algún momento no puedes llevar tu propia comida sabes qué tipo de snack puedes comprar (piensa en nueces, yogurt, verduras empacadas como zanahorias baby, pepitas, etc.) o qué opciones saludables puedes pedir a tu alrededor.
  • Si tienes una comida familiar o de negocios se vale revisar con anticipación el menú del restaurante para ver qué es lo mejor que puedes pedir ahí, si no hay nada, come algo antes de salir de casa y así en el restaurante puedes pedir solo tu ensalada o puedes usar tu “comida libre”.

Trampa #3

Manejar las emociones y el estrés por medio de la comida y el sedentarismo. Este punto implica un nivel un poco más profundo y menos práctico que los dos anteriores, debido a que hablamos acerca de reconocer nuestras emociones, como estrés, enojo, frustración, necesidad de gratificación, etc. Tenemos que enfrentarlas y asumir que es probable que tengamos que hacer ajustes en otras áreas de nuestras vidas, de lo contrario seguiremos buscando gratificación, alivio del estrés, apapacho y un sin fin de funciones en la comida que NO le corresponden. El estar sentado viendo la tele todas las noches puede convertirse en una manera rutinaria de darte un apapacho o un premio por sentirte constantemente estresado, el cenar pizza 3 o 4 noches a la semana con tu pareja porque “están muy cansados para cocinar” puede ser una forma efectiva pero dañina de desconectarte y entrar en una zona de confort. Para atacar este punto es muy importante: 

  • Reconocer las fuentes de frustración. 
  • Jerarquizarlas para comenzar a abordarlas, diferenciando lo urgente de lo importante.
  • Detectar qué tan capaz te sientes de lidiar con las emociones negativas o la ansiedad que te genera cada una de ellas.
  • Una vez identificadas, desarrollar herramientas de afrontamiento. 

En otras palabras, es importante comenzar un trabajo personal que te permita conocerte y fortalecerte para ordenar aspectos que pueden estarse proyectando en la alimentación y el autocuidado. Siempre puedes aprovechar el programa de psicología Balianz para trabajar estos puntos.

Mtra. María Salamanca Pérez Manauta

Psicóloga y Psicoanalista

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